Arquitectos de información, e Ingenieros de papel
La terminología, ese mundo apasionante… las palabras conviven entre las profesiones, mezclándose unas veces, alterándose otras, a veces con curiosos resultados.
Hace tiempo que tengo esta impresión acerca de dos profesiones, bien distintas pero ligadas por la terminología “técnica” empleada para elaborar sus definiciones: el “arquitecto” de la información y el “ingeniero” del papel.
Para quien no esté familiarizado con la segunda profesión, decir que se trata del artífice que incluye algún elemento mecánico de papel en el interior de un libro, para formar los llamados libros “popup” “libros móviles” o “desplegables”. Es una cultura en sí misma, que comenzó hace ya 700 años y gozó de su mejor momento a finales del siglo XIX. En principio, este tipo de libros se dedicaban a materias como la astronomía y la medicina, si bien a partir de mediados del siglo XVIII pasaron a ser libros de entretenimiento. La vida de estos libros, verdaderos objetos artísticos, es más o menos prolongada dependiendo del cuidado que se les dé.
Los ingenieros de papel tratan de llevar al plano tridimensional una información en principio bidimensional, con un lateral definido y como mucho un grosor. Esta labor conlleva un estudio exhaustivo, tanto que seguramente sorprendería a más de uno. En representaciones arquitectónicas, como por ejemplo una catedral, se toman datos fielmente, y se “construye” la información sobre los pilares del papel, de tal modo que además sea imperceptible al ver el libro cerrado. Su trabajo nos permite afirmar que el papel –ese medio tan cotidiano y que nos pasa tan inadvertido- no siempre ha de conformarse con ser un medio en dos dimensiones.
Creo que lo mismo se podría decir en el caso de los arquitectos de la información: personas que estudian la disposición de contenidos, cimentando bases sobre las cuales construir a diferentes niveles, como si de una casa se tratara, los pisos que serían los contenidos de acuerdo con sus jerarquías. La arquitectura está basada en un estudio a partir del cual esos arquitectos representan organizadamente los datos, mientras que los ingenieros de papel se las ingenian para reflejar sus datos como si de un teatro de papel se tratara.
Sin duda las dos profesiones son: Curiosas, Interesantes y Estructurales.
Ambas son profesiones distintas, nombradas con términos curiosos. Y las dos necesitan de una persona con mente despierta y con claridad de ideas, es decir: la misma esencia de profesional.
La imagen pertenece al libro "The POP-UP book of M. C. Escher"
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